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Nano y Biotecnología para la producción sustentable de alimentos

El 2 de julio se lanzó el proyecto Nano y Biotecnología para la producción sustentable de alimentos, financiado por el MINCYT en el marco del Plan Nacional Argentina contra el Hambre. La propuesta, dirigida por el investigador Federico Ariel (IAL, CONICET-UNL), tiene como objetivo diseñar productos inocuos y altamente específicos contra distintos patógenos, que permitan reemplazar agroquímicos y potenciar el cultivo orgánico de alimentos.


Gentileza: Comunicación IAL.
Gentileza: Comunicación IAL.

El viernes 2 de julio se lanzó el proyecto Nano y Biotecnología para la producción sustentable de alimentos, financiado por el MINCYT en el marco del Plan Nacional Argentina contra el Hambre. La propuesta dirigida por el investigador Federico Ariel, del Instituto de Agrobiotecnología del Litoral (CONICET-UNL) tiene como objetivo diseñar productos inocuos y altamente específicos contra distintos patógenos, que permitan reemplazar agroquímicos y potenciar el cultivo orgánico de alimentos. El equipo del proyecto integrado por grupos de investigación del CONICET, la Universidad Nacional del Litoral, Entre Ríos, Río Cuarto y Mar del Plata, así como 2 empresas, reviste un fuerte carácter interdisciplinario y federal, reuniendo científicos dedicados al estudio del ARN, la bioinformática y la nanotecnología en las provincias de Santa Fe, Córdoba y Buenos Aires.

Ciencia y Tecnología contra el Hambre es una convocatoria lanzada por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación (MINCYT) en forma conjunta con el Ministerio de Desarrollo Social y el Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales que aporta alrededor de 900 millones de pesos para el desarrollo de proyectos divididos en 3 grandes áreas: Tecnología y Producción de Alimentos, Tecnología para el acceso del agua y saneamiento y Proyectos orientados con potencialidad de integración a políticas públicas enmarcados en el Plan Nacional Argentina contra el hambre.

La presentación, realizada de manera virtual, contó con la presencia, entre otras autoridades, de la Dra. Ana Franchi, Presidenta del CONICET y Pablo Nuñez, Subsecretario de Coordinación Institucional perteneciente a la Secretaría de Articulación Científico Tecnológica del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, quien indicó que el objetivo de la convocatoria es orientar las capacidades del sistema científico en problemáticas estratégicas, emergentes y urgentes de la Argentina relacionados con la emergencia alimentaria y vulnerabilidad social. Por su parte, la Presidenta del CONICET resaltó la importancia de la existencia de una comunidad científica y universitaria preparada para ofrecer soluciones a los problemas del país. En relación al problema del hambre, la funcionaria expreso que “es una realidad para muchos de nuestros compatriotas. Nosotros estamos para hacer que la gente viva mejor, esa es nuestra función. La comunidad se ha solventado con la inversión de la gente, por lo tanto, tenemos el deber moral de devolver y estos proyectos creo que van a empezar a devolver un poco”.

El proyecto dirigido por el investigador independiente del CONICET, pretende potenciar la utilización de ARNs específicos para la producción sustentable de cultivos. “El sistema inmune de las plantas es muy diferente al de los mamíferos” explica Ariel y agrega “es posible presentarle a las plantas una porción del genoma de un patógeno, para que generen pequeños ARNs de defensa”.

Parte de la inmunidad de las plantas tiene que ver con la naturaleza del ADN y el ARN. El ADN es una molécula denominada de doble cadena y cuya imagen nos es conocida por su forma de doble hélice, a diferencia del ARN que es una molécula de simple cadena. Lo importante de esta diferencia es que cuando en una planta aparece un ARN doble cadena, es decir parecido a un ADN, éstos son procesados en pequeños ARNs que tienen la capacidad de “degradar” ARNs específicos. Esta capacidad que tienen las plantas de apagar ciertos genes de la propia planta o de organismos que la estén afectando tiene como resultado que no haya más de la proteína codificada.

La propuesta liderada por el Dr. Ariel pretende usar ARN exógeno para que sea absorbido por la planta y esta genere pequeños ARNs altamente específicos en contra de virus, hongos e insectos. Esto es importante ya que la especificidad facilitaría eliminar solo al patógeno, señala el investigador “cuando usamos un pesticida, estos son de alto espectro, es decir que cuando usamos un fungicida estamos eliminando el hongo patógeno, pero también muchos hongos benéficos para los cultivos. No queremos que esos ARNs afecten a las plantas, al ambiente, a los productores o consumidores, por ello es necesario establecer controles para los cuales se utilizarán herramientas de bioinformática que permitirán comparar el genoma del patógeno con el resto de los organismos para asegurar que se apague el gen del patógeno y no de todo lo que se encuentra alrededor”.
Sin embargo, el ARN es muy frágil en el ambiente o sobre las hojas de las plantas y se degrada fácilmente. Para evitar esto, la nanotecnología será la aliada de este proyecto protegiendo esos ARNs con diferentes tipos de nanopartículas que permitan tanto su transporte, como la liberación controlada y la prolongación de su efecto en el tiempo. Este tipo de tecnologías que se aplica por spray, intenta desarrollarse en diferentes partes del mundo potenciando la utilización de ARNs (moléculas inocuas, altamente específicas y amigables con el ambiente) y su aplicación en cultivos de interés agronómico.

Comunicación IAL (CONICET-UNL)