Tesis popular es en nuestros países que la ciencia es un lujo y que, por consiguiente, habría que comenzar por la tecnología, postergando todo esfuerzo en ciencias básicas. Esta tesis pragmatista ignora que la tecnología moderna es ciencia aplicada. Ignora que la producción de granos se mejora seleccionando semillas con la ayuda de la genética y de la ecología. Ignora que no hay siderurgia competitiva sin metalografía y que ésta es un capítulo de la cristalografía; que la cristalografía teórica es mecánica cuántica aplicada y que la experimental requiere la técnica de los rayos X, que a su vez supone el conocimiento de la óptica y del análisis de Fourier. La tesis pragmatista ignora igualmente que la criminalidad y otros problemas sociales no se resuelven aumentando la fuerza policial sino efectuando reformas económicas, sociales y educacionales y que todas esas reformas, para ser eficaces, deben planearse y ejecutarse a la luz de estudios económicos, sociológicos y psicológicos. En suma, la tesis pragmatista es poco práctica: al preconizar el predominio de la praxis sobre la teoría, asegura el fracaso de la acción y el triunfo de la improvisación que apunta a fines sin examinar medios y que, encandilada por las cosas, olvida a los hombres.
Mario Bunge (argentino, 1919)
"Filosofía de la investigación científica de los países en desarrollo" (18° Convención Anual de la Asociación Venezolana para el Avance de la Ciencia,1968). En Teoría y realidad, Barcelona, Ariel, 1972.