predio

Moradores del PREDIO / Comadreja overa

Comadreja común, mora, picaza, de orejas blancas o zarigüeya, son algunos de los nombres que recibe la Didelphis albiventris.


Foto: Flavio Raina.
Foto: Flavio Raina.
Foto: Flavio Raina.

Comadreja overa, común, mora, picaza, de orejas blancas o zarigüeya, son algunos de los nombres que recibe la Didelphis albiventris. En nuestra región habita montes, sabanas, pastizales, esteros, también áreas rurales y la periferia de las ciudades, siempre cerca de arboledas y preferentemente también cerca de cuerpos de agua.

La longitud total de su cuerpo, desde el hocico hasta la punta de la cola, es de aproximadamente 70 cm. y puede llegar a pesar hasta 2,5 kg. La cabeza es triangular, de color blanco o amarillento, que se extiende hacia adelante con un hocico largo y puntiagudo que termina en una nariz rosada. En cada uno de sus ojos tiene una mancha negra y tiene una tercera mancha negra  en forma de franja que va desde entre medio de sus ojos hasta la nuca. Las orejas son grandes y la mayor parte de color blanco. El cuerpo está cubierto de una capa densa de pelos cortos y de una capa irregular de pelos más largos que sobresalen. El color del dorso puede ir desde el blancuzco, el gris hasta el negruzco y el del vientre es blanco o amarillento. Las patas son negras. La cola es larga, con la base negra y la punta blanca/rosada.

En general es de hábitos solitarios y crepusculares-nocturnos. Durante el día pasa la mayor parte del tiempo descansando, puede hacerlo en una variedad de lugares como: huecos en los troncos de los árboles o entre las rocas, madrigueras o cuevas de otros animales, lugares cerrados y oscuros como depósitos de basura o rincones y cavidades en viviendas o galpones.

Es terrícola y arborícola, trepa con facilidad para lo cual tiene adaptaciones, sus dedos de las patas de atrás oponibles  y su cola prensil; además, es buena nadadora.

La Comadreja overa es un marsupial, por lo cual las crías nacen en un estado muy temprano de su desarrollo (miden sólo unos 1,5 cm aproximadamente) y se desplazan hasta la bolsa o marsupio, que contiene las mamas, donde permanecen hasta que terminan de desarrollarse tomando la leche materna. Cuando las crías son más grandes, la mamá puede transportarlas, a toda juntas en su espalda y/o cola.

Es omnívora y tiene una dieta muy variada que incluye frutas, semillas, hojas, lombrices, insectos (cucarachas y hormigas), moluscos, ranas, aves (y sus huevos) y pequeños roedores. Las comadrejas que viven en ambientes rurales pueden alimentarse de aves de corral y las que viven en zonas más urbanas suelen encontrar comida en los tachos de basura o comen alimento para mascotas.

Cuando se asusta puede quedarse quieta apuntando las orejas hacia el lugar de donde proviene el peligro o puede también abrir la boca mostrando los dientes y emitir chillidos al mismo tiempo que libera un olor muy fuerte y desagradable (resultado de una secreción emitida por dos glándulas que se encuentran en la zona genital). En ocasiones puede hasta llegar a hacerse la muerta, esperando que pase el peligro para poder escapar.

La Comadreja overa es considera  enemiga de las aves de corral por la gente del campo. Además, puede actuar como hospedador de diferentes patógenos responsables de enfermedades que se transmiten a las personas. Ninguno de estos aspectos justifica que sea cazada. Como toda especie silvestre debe ser conservada.

Además , hay que tener en cuenta que, ya que algunos de los organismos que constituyen su dieta son plagas y/o son animales que pueden trasmitirnos enfermedades,  la comadreja overa podría considerarse “beneficiosa” para el hombre.

No debemos molestarla si la encontramos descansando. No debemos correrla ni asustarla (ni dejar que nuestros perros lo hagan) ya que es asustadiza. Si no queremos que se acerque a nuestras casas, galpones o edificaciones debemos evitar dejar basura en lugares a los que ella pueda acceder, y/o buscar métodos para controlar su entrada y tapar agujeros en las construcciones que puedan llegar a servirle de madriguera.

Bibliografía consultada:

Bonino N. 2005. Guía de mamíferos de la Patagonia argentina. Ediciones INTA, Buenos Aires. 112 p.

Giraudo A. y Fandiño B. 2013. Mamíferos del río Paraná: amenazados por las actividades humanas. Cap. 9 en Marchese M. y Collins P. (comp.). 2013. El río Paraná: Diversidad Biológica y Conservación. INALI, Santa Fe. 145 pp.

Massoia E., Chebez J.C. y Bosso A. 2012. Los mamíferos silvestres de la provincia de Misiones, Argentina. Fundación de Historia Natural Félix de Azara, Buenos Aires. 510

Vaccaro O. y Canevari M. Guía de mamíferos de América del Sur. O.L.A., Buenos Aires. 424 pp.

Vivas-Serna C., Flórez-Oliveros F. y Castrillón F. 2016. Pautas para el manejo de crías de zarigüeya en estado de indefensión. Fundación Zarigüeya, Medellín. 86 p.p.

Por: María de la Paz Ducommun, INALI (CONICET-UNL).