DÍA DEL INVESTIGADOR CIENTÍFICO

“Sin gente y sin financiamiento, cualquier carrera de investigación es una utopía”

Manuel Tizziani tiene 35 años. Es Doctor en Filosofía de la UBA. Actualmente, Investigador Asistente de CONICET en el IIHUCSO (CONICET-UNL).


Foto: gentileza del entrevistado.

 

Manuel Tizziani tiene 35 años. Es Doctor en Filosofía de la Universidad de Buenos Aires. Actualmente, Investigador Asistente de CONICET en el Instituto de Humanidades y Ciencias Sociales (IHUCSO/CONICET-UNL). Miembro fundador de la Asociación Argentina de Estudios del Siglo XVIII (AAES18), y docente en Filosofía Moderna y en Pensamiento Argentino y Latinoamericano (Departamento de Filosofía, FHUC), UNL. Su tema/área de investigación es:  Ilustración "radical" y su recepción en el ámbito Hispanoamericano.

¿Por qué elegiste “ser” científico?

Me convertí en investigador porque quería seguir jugando al tesoro escondido y develando "misterios", como cuando era chico. Creo que fueron varios los factores, por un lado, cierta curiosidad natural, siempre me gustó preguntar e indagar en la razón de las cosas. Por otro, la influencia de mis viejos: me crié en una casa en la que los libros estaban a nuestra disposición, y en donde las discusiones políticas eran muy usuales, así que desde chico estuve metido en medio de diálogos en donde la gente exponía posiciones o argumentos.

Además, las circunstancias también tuvieron gran parte de responsabilidad: cuando empecé la carrera de Filosofía (2002), la situación del país y de la Ciencia Argentina era muy diferente que al terminar (2009). En el medio, el desarrollo de toda una nueva política científica y la ampliación del número de becas CONICET cambiaron casi por completo mis expectativas, y poco a poco me fui interesando e involucrando cada vez más en la investigación.

En 2007, me sumé a un proyecto en la UNL y recibí una "Cientibeca"; en 2010 obtuve la beca doctoral de CONICET y en 2017 entré a la Carrera del Investigador Científico. Y en ese trayecto, no solo recibí el estímulo y la ayuda de mucha gente, sino también el apoyo del Estado. Sin gente con la cual trabajar y sin un financiamiento adecuado, cualquier carrera de investigación es una utopía.

¿Cuáles eran tus deseos o expectativas entonces?

Cuando estaba terminando la carrera de grado, tenía la expectativa de poder hacer un doctorado, lo que logré. Cuando estaba concluyendo esa etapa, ya tenía la plena certeza de que quería dedicar mi vida a esto, y tuve la gran fortuna de poder obtener primero una beca y más tarde entrar a la Carrera del Investigador, lo que no me resultó fácil. No solo porque en la Argentina hay muchos investigadores excelentes y las condiciones de competencia son muy duras, sino también porque las condiciones generales de la ciencia están cambiando de nuevo, aunque esta vez en sentido inverso: se redujo el número de ingresos a Carrera, en 2016, y la financiación ha sufrido recortes sistemáticos.

¿Qué nuevos desafíos te tocará vivir?

En lo personal y lo inmediato, creo que se vienen desafíos increíbles, sobre todo porque voy a realizar una estancia de investigación en Francia. Esto me va a permitir establecer nuevos vínculos y trabajar durante un año con quienes están a la "vanguardia" en el tema que investigo, lo que también creo que va a multiplicar mis deseos y expectativas futuras.

En el mediano y largo plazo, espero poder seguir avanzando en mi carrera y profundizando mis conocimientos, poder contribuir a la consolidación del grupo de trabajo que tenemos aquí en Santa Fe, y ser capaz ayudar a mostrar la "utilidad" que tienen las Humanidades y las Ciencias Sociales.

En cuanto comunidad científica, creo que el desafío más inmediato -pero también de mediano y largo plazo- que tenemos es el de recuperar la política de Ciencia y Tecnología como política de Estado, como un proyecto que pueda trascender los signos partidarios y sostenerse en el tiempo. Si carecemos de esa política, con su correlato en la financiación, creo que cualquier desafío personal se hace cuesta arriba. En fin, espero que el próximo día del/la investigador/a hayamos dado un giro definitivo en ese rumbo y tengamos más motivos para festejar. No ya desde la perspectiva personal, sino como comunidad y sociedad.