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Teros en el Predio del CONICET Santa Fe

El Tero común (Vanellus chilensis) es un ave que se ve con mucha frecuencia en nuestra zona. En general andan de a dos o en pequeños grupos.



El Tero común (Vanellus chilensis) es un ave que se ve con mucha frecuencia en nuestra zona. Habita diversos ambientes: desde orillas de lagunas, bañados, charcas y otros lugares cercanos al agua, hasta campos abiertos, parques, caminos rurales y áreas antrópicas con pastizales cortos. Este último es el caso del Predio CONICET “Dr. Alberto Cassano”.

Mide aproximadamente 36 cm., tiene la frente, la garganta y el pecho negro. El resto de la cabeza, la parte de atrás del cuello y el dorso son grises. El vientre es blanco, las plumas de la parte superior de las alas son de color verde bronceado. Los ojos y las patas (además de ser largas) son rojos; al igual que el pico, que tiene la punta negra. El copete en la nuca es negro, delgado y fino.

En general andan de a dos o en pequeños grupos. Son aves terrícolas: caminadoras y muy poco voladoras.

Cuando se siente amenazado o está al cuidando de su nido, huevos o pichones, realiza vuelos rasantes sobre los demás animales o personas que intenten acercarse mientras emite fuertes gritos con el canto característico que le da su nombre. Para asustar más aún al intruso exhibe una púa pequeña, dura y roja en cada ala, denominada espolón.

Otra curiosidad de la especie al momento de proteger su nido o pichones es que uno de los teros de la pareja o el grupo se queda al cuidado mientras que otro comienza a volar alejándose a una distancia considerable, cantando y fingiendo estar herido y vulnerable para que el posible depredador lo siga a él y no se acerque al nido o a los pichones.  Es una especie residente, es decir que no migra y la podemos observar a lo largo de todo el año en nuestra zona. Pueden reproducirse desde invierno hasta febrero. El Tero común se alimenta de insectos y otros invertebrados.

Por ser muy territorial, estar siempre alerta y por su voz de alarma en las zonas rurales, los pobladores consideran al Tero común un ave guardiana que da aviso cuando una persona o un depredador se acerca a la casa, a los gallineros o corrales. Y justamente por esta sensibilidad es que no debemos molestarlo, persiguiéndolo, corriéndolo o acercándonos a él ni a su nido ni pichones. Debemos tener también la precaución de que nuestros perros no los molesten.

Y, finalmente, considerando que la especie anida en lugares abiertos sin cobertura vegetal, si estamos recorriendo algún sitio como éste debemos tener la precaución de no pisar sus nidos ya que estos no son visibles por no ser muy elaborados, son sólo una ligera excavación bordeada, la mayoría de las veces, por pastos y palitos.

Imágenes:
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Bibliografía consultada:

De la Peña M. 1986. Guía de aves argentinas. Tomo III: Galliformes a Charadriiformes. Talleres Gráficos Luz, Santa Fe.

Elsam R. 2006. Guía de aves del Chaco Húmedo. Guyra Paraguay, The Natural History Museum, Fundación Moisés Bertoni y Fundación Hábitat y Desarrollo, Asunción.

Por: María de la Paz Ducommun, INALI (CONICET-UNL).