Ciencia y Derechos Humanos

Reflexiones sobre la declaración del Museo de la ex ESMA como Patrimonio Mundial

Autora del libro "Ex ESMA: políticas de memoria en el ex centro clandestino de detención"


Por su “valor universal excepcional”, el Museo Sitio de Memoria ESMA, emplazado en el mismo lugar donde funcionó el principal centro clandestino de detención, tortura y exterminio de la Armada Argentina durante la dictadura, fue declarado Patrimonio Mundial por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). La histórica decisión se tomó en el marco de la reunión anual para la Protección del Patrimonio Cultural y Natural Mundial celebrada por la institución en Arabia Saudita. “Me enteré a los minutos de que sucedió por los grupos de WhatsApp de investigadores e investigadoras del CONICET que se dedican al campo de la memoria, donde comentamos la noticia con mucha alegría”, cuenta Florencia Larralde Armas, investigadora del CONICET que se especializa en el estudio de la transmisión del pasado, los estudios de la memoria y la historia reciente argentina, centrándose en las políticas de memoria implementadas en la ex ESMA.

En sus estudios, Larralde Armas abordó a la totalidad del predio de la ex ESMA, con sus 17 hectáreas y 37 edificios, y la creación de dispositivos memoriales en el predio durante la etapa de creación e institucionalización del sitio entre 2004 a 2015. Sus investigaciones derivaron en el libro Ex ESMA: políticas de memoria en el ex centro clandestino de detención, publicado junto a la editorial La Oveja Roja en Madrid, en marzo de 2022.

La declaración como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, asegura la científica, es el mayor reconocimiento mundial al que se puede aspirar como lugar de memoria, y por eso “los que nos dedicamos al tema estábamos esperando la distinción excepcional de la UNESCO hacía varios años. Es muy importante que se haya dado en el marco de los 40 años de democracia. Es un aval a todo el trabajo de memoria que se ha realizado durante tanto tiempo. Coloca a la ex ESMA junto a otros grandes hitos de la barbarie de la humanidad y reconoce el trabajo del Museo Sitio de Memoria ESMA como una política clave e insustituible para la lucha de los derechos humanos, la defensa de la democracia y del pasado frente a los discursos negacionistas y revisionistas que algunas fuerzas políticas intentan implantar. Formar parte del Patrimonio de la Humanidad es velar por la protección, patrimonialización, preservación y resguardo de la ex ESMA para las generaciones del futuro”.

-¿Qué características únicas tiene el espacio de la ex ESMA que lo llevaron a ser declarado patrimonio de la humanidad por la UNESCO?

-La ESMA es internacionalmente conocida como símbolo de la represión ejercida por la última dictadura cívico-militar porque allí funcionó el centro clandestino de detención más grande del país durante toda la dictadura, entre los años 1976-1983. Los primeros testimonios en el exterior fueron realizados por sobrevivientes de ese centro clandestino y las violaciones a los derechos humanos cometidas en ese lugar son denunciadas en la famosa Carta Abierta a la Junta Militar del escritor y periodista Rodolfo Walsh, difundida a un año del golpe. Por eso, desde ese momento y hasta la actualidad ideas como secuestro, tortura, violencia sexual, desaparición, vuelos de la muerte y apropiación de bebés son indisociables a la ESMA. En el largo proceso de justicia, los actos cometidos en la ESMA han sido documentados, probados y juzgados en distintas instancias como el Juicio a las Juntas Militares en el año 1985 y los distintos tramos de la Megacausa ESMA que permitieron no solo la condena de los represores sino también la divulgación de los hechos y el ejercicio de memoria colectiva por parte de la sociedad.

La creación del Espacio para la Memoria y puntualmente el Museo Sitio de Memoria fue un hito para la historia política del país el 24 de marzo de 2004, cuando el entonces presidente de la Nación, Néstor Kirchner, abrió sus puertas para que lo recorrieran los sobrevivientes, pidió disculpas públicas en nombre “del Estado argentino” por los crímenes de la dictadura militar y formalizó su creación en un acto multitudinario, que también fue fruto de controversias. Las políticas de memoria creadas allí son producto de un trabajo sostenido y comprometido de organismos de derechos humanos, actores estatales y de la sociedad civil que discuten, elaboran y problematizan las narrativas y las formas de transmisión del pasado. El Museo Sitio de Memoria ESMA fue creado en el edificio del Casino de Oficiales, donde funcionó el centro clandestino de detención. Por ello, se trata de un museo instalado en el lugar auténtico, en el edificio que es prueba judicial y en el que en sus paredes aún constan las huellas materiales del horror. El museo fue inaugurado en el año 2015 y la construcción narrativa se asienta sobre testimonios de sobrevivientes otorgados en distintas instancias judiciales que demuestran los actos perversos cometidos por las Fuerzas Armadas durante la dictadura.

Como investigadora, ¿cómo surgió la idea de que tu objeto de estudio sea la ex ESMA?

-Cuando inicié mis investigaciones en el CONICET, el Espacio para la Memoria creado en la ex ESMA era en sí mismo un lugar muy rico para comprender cómo se creaban políticas memoriales, cuáles eran las discusiones de los organismos de derechos humanos y de los actores intervinientes, cómo se creaban narrativas sobre el pasado y en definitiva, cómo se reconvertía a un lugar del horror en un espacio promotor de los derechos humanos. Mis investigaciones recorren y analizan los procesos de creación e institucionalización de narrativas sobre el pasado en la ex ESMA desde su creación como sitio de memoria, problematiza discusiones que han sentado bases para la creación de otros espacios memoriales en el país y teoriza en relación a la espacialización del poder en la construcción de dispositivos de mediación memorial. Para ello realicé un abordaje global e integral de todo el sitio de memoria y analicé prácticas, artefactos, representaciones y dispositivos que permitían comprender dinámicas de distribución del poder dentro del predio, las discusiones por la implantación de sentidos sobre el pasado, las distintas formas de concebir la memoria y crear proyectos de transmisión y recordación del pasado.

-¿Cuáles fueron los principales hallazgos o cuestiones inesperadas que surgieron durante tus años de investigación en este sitio de memoria?

-La investigación concluye en la comprensión de las políticas de memoria implementadas en la ex ESMA en tanto un cúmulo diverso, multifacético y descentralizado de formas de narrar y vivir el pasado. Por ello, cree la noción de “memorias descentradas” para comprender al sitio de memoria en tanto sistema y contenedor de las distintas dinámicas que encarna la memorialización, siendo esta un conjunto de perspectivas y formas de narrar al pasado multilineal, heterogénea, plural y multiforme que son atravesadas por relaciones sociales en tensión, redefinición y coexistencia entre los distintos organismos y actores sociales y estatales que crean políticas de memoria.

-¿Con qué desafíos te encontraste a la hora de investigar este lugar?

-Creo que el mayor desafío de la investigación fue la multiplicidad y cantidad de actores que intervienen en la creación de políticas dentro de la ex ESMA. Por eso uno de los desafíos fue tratar de entender sus lógicas y por lo tanto recortar un tema de por sí muy amplio para poder aportar algunos ejes de compresión.  Por eso siempre entiendo a mis trabajos como un punto de partida para la generación de más preguntas, de nuevas investigaciones. Creo que lo que sucede en cada edificio que compone el Espacio para la Memoria de la ex ESMA podría ser una investigación en sí misma. El gran desafío fue apuntar a una mirada macro y a la vez intentar aportar a la compresión de algunas de las complejidades de la reconversión de la ESMA a sitio de memoria.

-¿Por qué es importante que la ciencia se ocupe de investigar en el campo de la memoria?

-La memoria espontánea no existe y se recuerda siempre en relación a las preguntas del presente, esas son dos claves que conocemos bien los estudiosos de la memoria. Por eso estudiar y comprender los procesos de rememoración del pasado es sustancial para conocer a nuestras sociedades: ¿Qué hacemos con los restos del pasado?, ¿Cómo comprendemos a las víctimas de ayer para preguntarnos sobre las víctimas del hoy?; ¿Cuáles son los mecanismos de justicia, rememoración y transmisión que ponen en juego distintas sociedades frente al pasado?; ¿Qué pasa con el olvido y el silencio?, ¿Cuáles son los tiempos de las memorias? Profundizar sobre estas cuestiones nos permite comprender las preocupaciones del presente, defender a los derechos humanos y a la democracia, y sobre todo velar por la no repetición del horror y localizar los llamados de alerta.

La Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO incluye en la actualidad un total de 1121 sitios (869 culturales, 213 naturales y 39 mixtos) en 167 países. Argentina contaba hasta ahora con once bienes reconocidos como Patrimonio Mundial. A ellos se agrega ahora el Museo Sitio de Memoria ESMA. Con este reconocimiento, comparte un lugar en la lista del Patrimonio Mundial con el Campo de Concentración Nazi Auschwitz-Birkenau en Polonia; el Memorial de la Paz de Hiroshima en Japón; la Isla Robben de Sudáfrica; el Muelle de Valongo en Brasil; la Isla de Gorée en Senegal; y el Puente Viejo de Mostar en Bosnia y Herzegovina, todos símbolos de la memoria y la defensa de los Derechos Humanos.