Se firmó un convenio para que el Consejo le proporcione al Ministerio de Salud el contenido del Banco de Especialidades, protegida por el Sistema Integral de Gestión y Evaluación (SIGEVA), desarrollado por la Dirección de Informática de la Gerencia de Organización y Sistemas del CONICET, para ser utilizado en evaluaciones académicas.
A fin de fomentar investigaciones éticas y de calidad en salud pública, el acceso al SIGEVA por parte de la Dirección de Investigación en Salud (DIS) significa un importante avance que permitirá una gestión de las becas más eficiente, permitiendo realizar convocatorias, gestionar evaluaciones, realizar monitoreo y seguimiento y generar búsquedas de investigaciones para los decisores en salud. Así, el SIGEVA permitirá a la DIS mantener, actualizar y monitorear las convocatorias abiertas, las postulaciones para becas regulares y para futuras becas, y los sistemas de evaluación.
La ministra Vizzotti puso en valor “la trama científica que tiene la Argentina” y destacó la importancia de seguir generando acciones para que las investigaciones tengan un impacto concreto en la salud de la población y puedan transformarse en políticas públicas. “La sinergia que se está dando entre los dos ministerios es muy potente y tiene muchísimo potencial. Estamos reunidos para ponerlo en valor y sobre todo para que se profundice”.
Durante el encuentro, Franchi explicó que “este convenio es importante porque la relación con el Ministerio de Salud, que está aumentando día a día, es fundamental para eficientizar nuestros recursos en vías de mejorar y profundizar las investigaciones relacionadas a salud, entre ellas epidemiología, investigación clínica, etc. Entonces poder colaborar con el Ministerio de Salud es una forma de que ambos nos beneficiemos”.
A través de esta iniciativa de cooperación tecnológica se logrará entonces una eficiencia mayor en la gestión de los procesos, que repercutirá en un ahorro de tiempos y recursos en tareas de rutina, que ahora podrán volcarse a tareas de mayor complejidad. Así se podrá disponer de mayor capacidad para el desarrollo de los lineamientos de la agenda científica y para la toma de decisiones sanitarias basada en evidencia, como resultado del ordenamiento sistematizado de los productos de investigación científica.