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En el 8M hay algunos números que nos interpelan

"Estas cifras nos brindan información sobre un posible diagnóstico situacional de las mujeres en el ámbito científico de CONICET, un organismo compuesto en su mayoría por mujeres que no refleja de manera equitativa su participación en los lugares de poder, que siguen siendo ocupados por masculinidades".


Las mujeres mantienen una presencia mayoritaria en los espacios académicos y científicos. Por ejemplo, en CONICET desde el año 2007 superan en número a los varones en la carrera de investigación científica (CIC). En datos del año 2022 el 54,31% son mujeres. Cuando miramos los números de quienes realizan becas estos no son diferentes a los anteriores y las mujeres representan para ese mismo año el 60%. Al observar con más detalle, en CIC las primeras categorías (asistente y adjunto) tienen más porcentaje de mujeres, el que disminuye en las siguientes categorías que corresponden a las más jerarquizadas (independiente, principal y superior). En esta última, solo el 23% está integrada por mujeres. En los puestos jerárquicos o de toma de decisiones (decanatos, rectorías, direcciones de Unidades Ejecutoras, direcciones de CCT) los porcentajes de representación de mujeres son menores. Según los últimos relevamientos en el sistema universitario argentino, serie comparativa 2020-2022, solo el 16% de las rectorías de Universidades Nacionales eran ejercidas por mujeres, cuando el porcentaje de mujeres que se gradúa es de 60%. Por su parte, en el CONICET el 39% de los cargos de dirección de Red Institucional y Unidades de Gestión están desempeñados por mujeres.

Estas cifras nos brindan información sobre un posible diagnóstico situacional de las mujeres en el ámbito científico de CONICET, un organismo compuesto en su mayoría por mujeres que no refleja de manera equitativa su participación en los lugares de poder, que siguen siendo ocupados por masculinidades. Esto nos invita a pensar y reflexionar sobre todas aquellas limitantes que encontramos las mujeres, y disidencias que no son ni siquiera incluidas en las estadísticas. Estas limitaciones dificultan el acceso a espacios de decisión institucional, restringen el crecimiento y desarrollo profesional, es decir construyen el suelo pegajoso por el cual transitamos y el techo de cristal, que aunque invisible, nos limita.

Desde hace mucho tiempo, quienes profundizan en el análisis de estos números van vislumbrando explicaciones (estereotipos, tareas de cuidado, opción por la maternidad, entre otros) como así también proponiendo posibles soluciones que tanto en el CONICET como en las Universidades se vienen implementando (ampliación de licencia, opciones de cuidados en eventos científicos, becas, modificaciones en instancias de evaluación, entre otros). Quienes integramos estos ambientes laborales podemos reconocer y hacer visibles estas desigualdades y acompañar propuestas para modificarlas. Compartimos estas palabras a modo de invitación a pensar de manera colectiva, para construir espacios laborales más igualitarios, sanos y sin violencias.

Por consulta y/o asesoramiento sobre situaciones de discriminación y/o violencia laboral y/o de género, podes comunicarte con:

En este texto se utilizó información de:
-CONICET en cifras
-Mujeres en el sistema universitario argentino 2021-2022 (SPU)
-Franchi Ana María 2019. Las mujeres y la ciencia: obstáculos y desafíos para lograr la equidad de género. Ciencia Tecnología y Política 3. https://doi.org/10.24215/26183188e026
-Lione Sacha Victoria 2018. Trabajo científico y trabajo doméstico y de cuidados no remunerado. Estudio de caso sobre mujeres investigadoras de la Universidad Nacional del Litoral (Santa Fe, Argentina). Revista RBBA 7: 132-166.
-Lione Sacha Victoria 2023. Género, trabajo científico y reproducción social. Una aproximación conceptual para su abordaje en y desde la periferia. Revista de Estudios de Género, La Ventana 58: 111-145.