La doctora Paula Giudici, investigadora de CONICET que trabaja en la Comisión Nacional de Energía Atómica, visitó el Instituto de Física del Litoral. En este instituto, dependiente del CONICET y la UNL, la científica mantuvo reuniones de intercambio y cooperación con sus pares y dictó el seminario “Daño por radiación en semiconductores para aplicaciones espaciales”.
El trabajo es “fascinante”, según coinciden con su anfitrión, el Dr. Pablo Bolcatto. Las celdas solares se construyen con los materiales III-V (como figuran en la Tabla Periódica de los Elementos), lo cual permite alcanzar una altísima eficiencia que soporta los factores adversos durante los años que dure el viaje espacial. Estos materiales, de asombrosas propiedades, no se encuentran en la naturaleza, sino que son productos del diseño humano, a partir de la comprensión que se logra con procesos de investigación sobre la conducta de los mismos.
Los materiales III-V son especiales por sus prestaciones, pero esto es fruto de un proceso que se debe definir previamente en función de los objetivos que se persiguen en cada caso, por lo que en el camino de elaboración se busca aprovechar la geometría de cada parte para lograr conjugar múltiples variables y combinaciones y así encontrar nuevas propiedades.
De la calidad del trabajo resulta la vida útil de los materiales que formarán los dispositivos que en el espacio, fuera de la atmósfera que rodea nuestro planeta, deberán convivir en condiciones diferentes y adversas, resistiendo a las radiaciones del espacio, entre las que encontramos no sólo la solar sino también los protones con su alta carga de energía.
Así, fuera de la protección de la atmósfera, los materiales quedan expuestos a los procesos de degradación de las partículas del “viento solar” y de otras provenientes del resto de la galaxia.
Estudiar estos fenómenos, las caracteristicas de los procesos y sus tiempos permite preparar mejor los materiales a utilizar en la construcción de los artefactos espaciales y apuntalar un área de estudio de avanzada, que con años de esfuerzo, ha colocado a nuestro país en un lugar relevante por su valor estratégico.
De hecho, Argentina y Brasil son los únicos países de la región que fabrican dispositivos espaciales gracias al estudio y esfuerzo de muchos científicos que trabajan en organismos especializados del Estado, que brindan los recursos necesarios y los equipamientos altamente complejos como los aceleradores de partículas que permiten simular lo que ocurre con los materiales en el espacio.
La posición nacional de estos proyectos hacen a la soberanía tecnológica ya que han alcanzado un nivel muy importante, abriendo grandes perspectivas por sus múltiples aplicaciones, sea en materia de investigación, salinidad y prevención de emergencias en diversos territorios -como inundaciones, por ejemplo-.
Por el Lic. Lautaro Massa (ÁCS/CONICET Santa Fe).
