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CENSO y CIENCIA
El censo y el rol de la ciencia en él
"El censo es la principal herramienta para elaborar políticas públicas".
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Después de dos años de postergación por la pandemia, para la mayoría de la población el undécimo censo nacional de población de nuestro país está a sus puertas, aunque en la realidad empezó hace rato. Sin ir más lejos, pobladores de zonas de difícil acceso han sido censados, y muchas respuestas han ido sumándose ya por Internet: es una de las grandes mejoras del sistema que ha aplicado el Instituto Nacional de Estadística y Censos para esta edición.
Pero el “hace rato” es mucho más largo para quienes diseñaron y gestionan este proceso, que, en los hechos, es un proceso de investigación que hunde sus raíces en las Ciencias Sociales y la Estadística. Por eso, para despejar dudas y explicar datos que pueden no ser entendidos con claridad, el Departamento de Comunicación del CONICET NOA Sur consultó a un experto tucumano.
Pablo Paolasso es doctor en Geografía, dirige el Instituto de Investigaciones Territoriales y Tecnológicas para la Producción del Hábitat (CONICET/UNT), y se especializa en Geografía Humana.
“Los datos obtenidos en el censo tienen muchas finalidades; la primera y más elemental es saber cuántas personas viven en el país y en cada una de las jurisdicciones que lo componen. Como derivación, el censo es la herramienta que permitirá establecer qué cantidad de representantes tendrá cada provincia en el Parlamento, por ejemplo", explica y agrega: “aparte de esas finalidades, que podríamos considerar básicas y elementales, el censo es la principal herramienta para elaborar políticas públicas; de allí que este tipo de operativos se realiza en todos los países del planeta, prácticamente sin excepción”.
Así empezó este diálogo, que continúo a partir de estas preguntas:
- ¿Por qué se realiza cada 10 años?
El censo es, básicamente, un recuento universal. En el caso de un censo de población lo que se recuenta son todas las personas de un área específica; y ello permite conocer no sólo el número de las personas que viven en un área específica, sino también la mayoría de sus características, como edad, sexo, grado de alfabetización, etc. Pero también releva otros elementos cruciales para las personas, como los materiales de sus viviendas, y un conjunto de elementos que permiten el desarrollo de su vida (disponibilidad de agua, alcantarillado, etc,). Desde su creación, el Fondo de Población de las Naciones Unidas recomienda el período óptimo entre censo y censo, y fue establecido en 10 años, suficiente para analizar si hubo cambios en la población, y también para manejar el costo que implica un operativo censal.
- ¿Qué tipo de información nos piden y para qué se usa?
El censo releva información de las personas, de los hogares y de las viviendas. La unidad de análisis básica del censo es el hogar, y no debe confundírselo con la vivienda. El hogar se entiende como la persona o el conjunto de personas que viven bajo un mismo techo y que comparten los gastos de alimentación. En algunos casos coincide que la vivienda es también el lugar en el que se encuentra el hogar. Sin embargo, puede haber más de un hogar en una vivienda.
En el caso de las personas, el relevamiento indaga acerca de sus características y atributos: edad, sexo, nivel de alfabetización, condición de empleo, etc. En el caso de las viviendas, se interesa por sus características y por los materiales con los que han sido construidas. Para los hogares se establecen sus características principales.
- ¿Por qué nos piden el DNI, si dicen que no lo van a vincular con los datos que reciban?
Que se pida el DNI tiene la finalidad de constatar que la persona censada es real y que es mayor de 14 años. En el procesamiento de los datos no se efectúa asociación entre la identidad de las personas y sus características. Además, en arreglo a la Ley del Secreto Estadístico (Ley 17622), si existen datos únicos (por ejemplo, que se cense una persona con una característica que no se repite), dichos datos deberán ser resguardados y así ha venido sucediendo hasta ahora.
- ¿Por qué se hace digital?, ¿qué importancia tiene que este año se haga por primera vez digital?
Las preguntas están diseñadas de modo que no haya ambigüedades. Para ello se hace un operativo previo, que se conoce como prueba piloto, durante el cual se las pone a prueba, y que permite constatar si efectivamente cumplen con esa característica. A partir de allí es posible efectuar el censo tanto de manera presencial como digital, lo que cual facilita en gran medida las tareas de los censistas. Pero sobre todo, que se realice de manera digital -por primera vez en nuestro país- tiene una importancia sustancial: permitirá acelerar los tiempos de procesamiento de la información, y sea obtendrá así casi inmediatamente.
- ¿Por qué hace falta un abordaje científico de esta información?
El censo forma parte de una técnica conocida como sondeo, que resulta fundamental para generar conocimiento científico. Los datos obtenidos permitirán contestar diversos interrogantes sobre la población, sobre sus condiciones de vida y sus características, pero también sobre los lugares y los modos en los que viven (por ejemplo, ¿cuántos pobres hay y cuáles son los niveles de esa pobreza?; ¿cuántos analfabetos hay y cómo se distribuyen?).
- ¿Cómo se diseña?
El diseño de un censo es complejo, por la magnitud de la empresa. Comienza con un planteo conceptual, debido a que hay censos de dos tipos: de facto (de hecho) o de iure (de derecho); cada uno registra de manera diferente la población. Los de hecho la registran en el lugar en que es censada, mientras que los de derecho la censan en el lugar de residencia habitual. Esto tiene importantes implicancias en los resultados finales. Este es, también, el primer censo de derecho que se hace en Argentina. Estrictamente, los datos obtenidos en este censo no serán comparables con los anteriores, debido a haberse realizado con diferentes metodologías. Sin embargo, existen métodos de empalme de la información que permiten efectuar dichas comparaciones. Una vez definida la modalidad se establecen las grandes dimensiones que se pretende conocer de la población, y se elabora el primer cuestionario (el de la prueba piloto). Luego se hacen correcciones y, dependiendo de los errores detectados, puede efectuarse una nueva prueba o realizarse definitivamente el operativo censal.
- ¿Cuáles son los puntos de partida?, ¿cómo se organiza?
Como dije, la unidad básica de análisis son los hogares. A partir de allí se van estableciendo diferentes escalas para agrupar la información. Los datos se desagregan a nivel de departamentos (o partidos en la provincia de Buenos Aires y Circunscripciones electorales en CABA). Esas unidades se subdividen, a su vez en fracciones censales; cada fracción consta de radios censales, y cada radio, a su vez, se subdivide en manzanas censales. Para la realización del censo se establece que cada censista visitará unas 30 viviendas. A su vez, cada radio comprende en promedio 300 viviendas.
- ¿Qué tipo de especialistas intervienen en el diseño y el armado?
En el diseño y en la elaboración del censo participa una variedad de especialistas que deben tener conocimientos sobre cuestiones sociales (economistas, geógrafos, sociólogos, etc.), pero también especialistas en cuestiones más técnicas, como estadígrafos o matemáticos, quienes permiten establecer los parámetros principales del censo y su posterior procesamiento. A todos ellos se suman especialistas en informática y en sistemas de información.
- ¿Cómo se sistematizan los datos?
Una vez efectuado el relevamiento, las cédulas censales se codifican y se vuelcan en una gran base de datos. Esta se aloja en un servidor y, mediante procedimientos informáticos, la información puede ser tabulada de manera individual según diferentes áreas geográficas. Asimismo, se pueden efectuar cruces de variables para las diferentes áreas geográficas. En Argentina, desde el censo de 2001 se emplea una aplicación desarrollada por la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) para el procesamiento de los datos censales, conocida como REDATAM.
Por Claudia Nicolini y Florencia Bernardo. CCT NOA Sur CONICET