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PREDIO / Lechucitas vizcacheras

La Athene cunicularia es muy común en nuestra zona. Se la encuentra en espacios abiertos como el Predio CONICET “Dr. Alberto Cassano".



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La Lechucita Vizcachera (Athene cunicularia) es muy común en nuestra zona, ya sea en áreas rurales como urbanas. Generalmente, se la encuentra en espacios abiertos como el Predio CONICET “Dr. Alberto Cassano”, terrenos del ferrocarril y campos, posada en el suelo o en postes.

Es una lechuza relativamente pequeña, mide aproximadamente 26 cm., es de coloración general marrón con manchitas circulares blancas en el dorso. Tiene pecho blancuzco con manchas lineares marrones. Son muy evidentes sus cejas y garganta blancas, sus ojos amarillos y patas largas.

En general, anda sola o en pareja, y su actividad es tanto diurna, como nocturna. Es de hábitos cavícolas, ya que construye su nido en cuevas en el suelo. En nuestra ciudad, ella misma construye su hábitat o puede llegar a aprovechar hormigueros abandonados. En zonas más rurales, o en ambientes naturales, utiliza también las cuevas de vizcachas -de ahí su nombre- o de otros mamíferos que están abandonadas.

Es una especie residente, es decir, que no migra, y la podemos observar en nuestra zona a lo largo de todo el año.

Esta lechucita tiene una alimentación variada que comprende desde insectos grandes, alacranes y otros invertebrados hasta anfibios, reptiles, aves y pequeños mamíferos (como roedores y murciélagos). Debemos tener en cuenta que, ya que algunos de los organismos que constituyen su dieta son plagas que dañan los cultivos y/o son animales ponzoñosos o que nos trasmiten enfermedades, podría considerarse un ave “beneficiosa” para el hombre.

Finalmente, como con todas las especies de seres vivos que habitan en nuestro entorno, debemos estar comprometidos con la conservación de la Lechucita Vizcachera. Por eso hay medidas muy simples que podemos tomar para protegerlas cuando nos encontremos con alguna en un paseo o salida que hagamos por nuestra ciudad: no correrlas ni perseguirlas -ni dejar que nuestros perros lo hagan-, no gritarles, no caminar ni saltar sobre sus cuevas, no tirar piedras, palos ni ningún objeto adentro de sus cuevas.

Bibliografía consultada:
• De la Peña M. 1988. Guía de aves argentinas. Tomo IV: Columbiformes a Piciformes. Talleres Gráficos Luz, Santa Fe.
• Elsam R. 2006. Guía de aves del Chaco Húmedo. Guyra Paraguay, The Natural History Museum, Fundación Moisés Bertoni y Fundación Hábitat y Desarrollo, Asunción.

Por: María de la Paz Ducommun, INALI (CONICET-UNL).