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INSTITUCIONAL
30 años de comunicación pública de la ciencia / El 2 de mayo de 1990 se concreta la creación del Área de Comunicación Social en el CERIDE, con el objetivo de dar más protagonismo a la ciencia y la tecnología en la vida de nuestra región
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En 1990 algunos periodistas, educadores y científicos, entre otros, daban cuenta de nuevas concepciones acerca de la comunicación de los conocimientos en materia de desarrollo científico y tecnológico. En medio de prácticas tradicionales y verticalistas de divulgación de la ciencia se comenzaron a vislumbrar nuevas experiencias en las que la retroalimentación y el diálogo reconocían a los participantes de la comunicación un plano de mayor equidad, de interacción, donde cada uno -con sus conocimientos, necesidades y experiencias- aporta a la construcción del saber, tan colectivo como el mismo quehacer científico.
Con la idea de “El Reparto del Saber” a fin de democratizar las sociedades y pugnar para que las ciencias sean realmente patrimonio de la humanidad, la UNESCO impulsa la Red de Popularización de la Ciencia y la Tecnología para América Latina, de la cual Centro Regional de Investigación y Desarrollo de Santa Fe (CERIDE), hoy CONICET Santa Fe, con su flamante Área de Comunicación Social, participa en el acto fundacional que se realiza en 1990 en el Museo de Astronomía de Río de Janeiro.
En este nuevo marco de colaboración latinoamericano, empieza a desempeñarse el grupo de trabajo en el Centro Regional -a partir del 2 de mayo de 1990-, producto de la intención del Dr. Julio Luna, Director del CERIDE por entonces, de dar más protagonismo a la ciencia y a la tecnología en la vida de nuestra región, en sintonía con el Licenciado Leonardo Moledo. Uno desde su rol de investigador a cargo de uno de los principales Centros Regionales del CONICET y el otro como matemático, docente y periodista especializado en ciencia y tecnología, concertan una productiva entrevista de repercusión nacional titulada “Tecnología al alcance de la mano”.
A partir de su publicación, centenares de lectores de la región y del país se anoticiaron de la existencia de los institutos de investigación integrados al CERIDE, de las principales líneas de desarrollo en marcha y, sobre todo, de la decisión de impulsar una fuerte política de vinculación con las necesidades sociales y productivas de nuestro medio. Consecuentemente surgen algunas herramientas específicas como el Servicio de Transferencia de Tecnología y, poco tiempo después, en fructífero acercamiento con la Carrera de Comunicación Social de la Facultad de Ciencias de la Educación de la UNER, la decisión de impulsar un plan para multiplicar las vías de comunicación con la sociedad. Con la intención de potenciar el trabajo y generar un enfoque más interdisciplinario, al grupo formado con los licenciados Enrique Rabe y Lautaro Massa se van incorporando otros profesionales y estudiantes, principalmente de comunicación y educación, a fin de darle a la política comunicacional de la institución una orientación pedagógica que no sólo llegara a la población a través de los medios masivos de la ciudad y la región, sino también a generar múltiples vínculos con diversos actores educativos de Santa Fe, incluyendo desde pequeñas comunas al propio Ministerio de Educación de la Provincia y los sindicatos docentes.
En la actualidad, el Área es dirigida por la Lic. Paula Pochetino, cuenta con el aporte de Fabián Fessia, en colaboración desde el Centro de Cómputos, y se nutre de la interacción con técnicos, profesionales, becarios e investigadores del vasto conjunto de institutos que hoy se integran al Centro Científico Tecnológico que coordina la Lic. Claudia Slutzky, y orientan, como Director y Vice, los Dres. Ulises Sedran y Pablo Collins respectivamente.
El Área fue una de las primeras en el país en el ámbito del CONICET, a punto de participar en las primeras reuniones que pretendían organizar la “prensa institucional” y que contaban con la presencia del Dr. Matera -entonces Secretario de Ciencia y Técnica de la Nació-, junto a colegas de otras regiones del país que, con escasos recursos y reconocimiento, elaboraban algunos artículos y los primeros audiovisuales. Desde entonces ha sido mucho el trabajo producido: fotos, folletos, pósters, artículos periodísticos, murales, boletines informativos, presencia en los medios de comunicación, contenido del sitio institucional, redes sociales, organización de concursos, participación en ferias, visitas guiadas y coordinación de actos son algunos de los frutos que hoy exhibe este área encargada de mantener informada a la comunidad científica y abrir la institución a la sociedad toda.
En el esfuerzo de compartir y enriquecernos mutuamente se establecieron múltiples convenios de trabajo, se aportó a la tarea de la TV Educativa Iberoamericana y se comenzó a trabajar en la red de comunicadores que tiene el CONICET a lo largo y ancho del país, logrando así presencia en espacios propios y en internet, como así también en radios, portales, diarios y canales de TV.
Los medios han cambiado pero la vocación de interacción y vinculación con toda la sociedad se mantiene construyendo vínculos y retroalimentándonos en una práctica dialógica que busca hacer popular los conocimientos que se generan en los espacios públicos de investigación.
En tiempos en que una crisis sanitaria pone en jaque al mundo entero, vemos con claridad la importancia de que el sector de CyT responda a las necesidades de la sociedad. De hecho, buena parte de la esperanza reside en el trabajo de sus científicos y tecnólogos, lo cual requiere de un Estado fuerte que actúe decididamente, con recursos y políticas claramente definidas en favor de las mayorías.
Gracias a lectores y visitantes y gracias también a los hombres y mujeres que forman este organismo llamado CONICET y que trabajan como científicos, técnicos, becarios y profesionales que nos nutren permanentemente con sus saberes y su voluntad de resolver problemas, generar soluciones y compartir su esfuerzo.
Hoy, con tanto camino recorrido, recordamos a Eduardo Galeano, cuando vemos que lo mucho realizado parece poco frente a lo que queda por hacer y recorrer hacia un horizonte que se expande, tanto como el universo del conocimiento científico. El desafío nos invita a seguir trabajando para que la ciencia y la tecnología, como parte del acervo cultural de la humanidad, sean pilares de una sociedad cada vez más solidaria y en armonía con nuestro planeta.
Por el Lic. Lautaro Massa, ÁCS, CONICET Santa Fe